Los desalojos son la forma que tiene el capitalismo de apropiarse de pedazos de nuestra geografía que no són o había dejado de ser suyos.
La tenencia de una cosa para ello, ya no implica propiedad, y quien usa algo, no es reconocido como legítimo poseedor de su habitáculo. Para la ley, (y la mayor parte de la población con ella) tan sólo un pedacito de papel de alguien que puede ni haber oido hablar de dicho trocito de mundo es lo que la da la potestad de ser dueño.
Así justificamos que gente se quede sin casa incluso en invierno, y que éstas queden a merced de la especulación más